lunes, 20 de octubre de 2025

Glosa sencilla a las campanas de San Martín de la Falamosa (León, España), por Aureliano Arienza

 

RECUERDO A LAS CAMPANAS DE MI PUEBLO
Nuestras campanas que tantas veces hemos admirado y oído su sonido desde distintos lugares del pueblo, fueron en su día la voz que unía a los vecinos en las distintas actividades que se celebraban en el pueblo; llamaban a misa y a los distintos actos religiosos, llamaban a los vecinos a concejo, llamaban a los vecinos a trabajar en la hacenderas, tocaban para anunciar el fallecimiento de algún vecino, tocaban para ahuyentar las tormentas que tanto pánico causaban a la gente por sus graves consecuencias, tocaban para anunciar que había fuego tanto en el pueblo como en pueblos vecinos, tocaban para anunciar las grandes fiestas del pueblo, y en definitiva, eran la “red social” de épocas pasadas.
Quero tener con mi relato, un sencillo recuerdo a las campanas de mi pueblo, que no tienen la actividad de épocas pasadas pero siguen después de los años erguidas en lo alto del campanario para admiración de presentes y futuros vecinos de nuestro pueblo.

RECUERDO
En la Iglesia de mi pueblo, hay tres hermosas campanas colgadas del campanario; la grande, la pequeña , y también el campanín ; y siempre nos han tocado, desde el principio hasta el fin ;
Las campanas de mi pueblo, tocan con mucha alegría; porqué hoy toca bautizar; y cristianar a un niño; que sus padrinos le llevan, a recibir el bautismo. Acompañados del padre; y de los niños del pueblo, que después de presenciar; que al niño le han bautizado, esperan que los padrinos, les repartan los confites por haberle acompañado.
Las campanas de mi pueblo allá por el mes de Mayo, siempre tocaban a Gloria; a la misa ,y al rosario ; que a la Virgen dedicaban los vecinos y vecinas ,para pagar los favores que les había otorgado.
Los niños se concentraban, al tañido de campanas; para escuchar la doctrina, que el Cura les explicaba; y con mucha devoción , a los mismos preparaba; para ser buenos cristianos , y cumplir la obligación ; de hacer como Dios les manda, su primera comunión
Las campanas de mi pueblo; siguiendo la tradición, tocaban para ir a misa y pegarse el madrugón; pues nuestros padres nos dicen, que hoy es fiesta de guardar; y hay que cumplir como siempre con el Señor del altar.
Las campanas de mi pueblo, hoy tocan a repicar; para llamar los vecinos que se tienen que juntar; porqué el Sr. Alcalde, algo tiene que contar
Las campanas de mi pueblo eran la voz que anunciaba; que un peligro inminente, por ende nos acechaba; el fuego o la tormenta, que a todos nos asustaban; por las serias consecuencias , que casi siempre a su paso para el recuerdo dejaban.
Las campanas de mi pueblo, tocan y tocan y tocan; anunciando fiesta grande; y que todos los vecinos se tienen que preparar, para luego ir a misa, y después procesionar ; y ya en la procesión , el pueblo va caminando con una gran devoción ; con cánticos a la Virgen, y alabanzas al Señor ; siguiendo nuestras campanas, tocando con esplendor.
Y ya llegando al final, las campanas de mi pueblo tocan tristes a encordar; porque un vecino del pueblo, se termina de finar. El sonido de campanas se oye en San Martín, del uno al otro confín; para que nuestros vecinos se postren con devoción, y por su eterno descanso le recen una oración.
Ya lo llevan a enterrar a hombros de los hermanos, camino del Campo Santo; y con gran recogimiento; y el pueblo todo en conjunto, le van rezando al difunto; el Cura y el Sacristán también le rezan cantando; y entre tanto las campanas, a muerto siguen tocando.
Ya le han dado sepultura; y todo el pueblo en silencio, ha dejado de rezar; y entre tanto las campanas, han dejado de tocar. No será por mucho tiempo; por que el domingo que viene, otra vez a bautizar; y las campanas del pueblo, a el tendrán que tocar.
Lo que acabo de escribir, ya solo está en el recuerdo que me ha tocado vivir ; pero hoy nuestras campanas, están tristes y en silencio; La grande , la pequeña , y también el Campanín; ya nunca nos tocarán desde el principio hasta el fin. Algún día las campanas , fueron nuestra compañía ; y siempre nos recordaban ,en las penas y alegrías
Aureliano Arienza

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