viernes, 29 de julio de 2022

Recuperación en 2017 de la campana robada de Quintanilla de los Oteros

 

La campana vuelve a casa

La campana de Quintanilla de los Oteros aparece en la puerta del Ayuntamiento de Gusendos de los Oteros, tras semanas de denunciar su robo | Los vecinos y el alcalde se preguntan cómo pudieron dejarla en el consistorio sin que nadie les viera


Imagen de la campana a las puertas del consistorio de Gusendos de los Oteros.

INÉS SANTOS

https://www.leonoticias.com/surdeleon/201701/26/campana-vuelve-casa-20170126120027.html

A pesar de que aparentemente la campana no tiene un valor económico elevado, « es de 1954 más o menos, no creo que valga mucho», comentaba el alcalde, en ningún momento pensaron en una gamberrada . Pero el desenlace que ha tenido esta historia bien parece de una película de humor.

El pasado martes sobre las 19.00 horas el alcalde de Gusendos de los Oteros, Juan Carlos Melón , llamaba a la Guardia Civil. «Cuando me avisaron los vecinos llamé al párroco del pueblo y no sabía nada», al no reconocer el regalo que había aparecido en las puertas del Ayuntamiento de la localidad del sur de la provincia, decidieron llamar a la Guardia Civil. «Fue en ese momento cuando me dijeron que había una denuncia de Quintanilla, porque había desaparecido la campana y supusimos que sería la suya», explica Juan Carlos Melón.

Nadie vio nada

Lo más raro de esta historia es que nadie vio nada. En dos localidades pequeñas, en las que todo el mundo se conoce, «no sabemos cómo han podido dejarla ahí sin que nadie lo hay visto» , se pregunta el alcalde de Gusendos de los Oteros. Por su parte, Julio César asegura que en Quintanilla algunos cazadores vieron una furgoneta por la zona, pero a nadie le extraño y no pensaron en la posibilidad de que estuviesen robando la campaña.

También se preguntan en el pueblo cómo transportarían la campana, «un concejal y yo intentamos moverla, pero es muy pesada», cuenta tras explicar que tuvieron que cogerla con la pala de un tractor. « Para tres personas pesa, pero dos es casi imposible », comenta el alcalde que aún sigue sin explicarse cómo pudieron sacarla. «La Guardia Civil nos dijo que en Quintanilla la tenían en un local y la sacaron por la ventana, no sé cómo lo harían ni entre cuantos».

Muestra de toques manuales de campana bercianos, Columbrianos 26 de junio 2022. Organiza I.E.B.

 

TRADICIONES

El tañido de las campañas, más patrimonio inmaterial del Bierzo

https://www.diariodeleon.es/media/diariodeleon/images/2022/06/27/2022062701333592738.jpg  Foto l. de la mata



Siempre fue una vía de comunicación. Según sonaran las campanas, los vecinos de los pueblos sabían lo que pasaba. El tañido anunciaba fiestas o tragedias, alertaba y llamaba a la oración. La costumbre se fue perdiendo pero campaneros sigue habiendo y algunos de ellos se reunieron ayer en Columbrianos (Ponferrada) para hacer una exhibición desde el campanario de la iglesia de San Esteban. Siete representantes de un oficio histórico, una tradición y también parte de este patrimonio inmaterial del Bierzo que el Instituto de Estudios Bercianos (IEB) se ha afanado en poner en valor. De hecho, el IEB colaboró en la organización del evento que reunió en esta pedanía ponferradina al local César Martínez con Blas Cubelos (Campo), Juan Francisco Álvarez (Torre del Bierzo), Manuel Cerecedo (Peranzanes), Alberto Vega (Folgoso) y Manuel Jesús de la Torre y Juan Manuel Garrido (Santa Marina de Torre). dl

sábado, 23 de julio de 2022

Fallecimiento de María, vecina de Foncebadón que defendió con palo y piedras las campanas de la iglesia. D.E.P.

 

Muere María, la vecina de Foncebadón que defendió con palo y piedras las campanas de la iglesia subida a su tejado

La mujer, que plantó cara al Obispado de Astorga para convertirse en cierta forma en icono de la resistencia al éxodo rural, fue enterrada hace unos días en su localidad natal, Ambasaguas de Cabrera.

ileon.com  | 23/07/2022   

https://ileon.eldiario.es/actualidad/provincia/131038/muere-maria-la-vecina-de-foncebadon-que-defendio-con-palo-y-piedras-las-campanas-de-la-iglesia-subida-a-su-tejado?fbclid=IwAR2x0iDrQZT5L5PbvowXYyf5lCPqlNHcXGSfRRTr5aQmCoxuQupl2BnKR6Y

El Camino de Santiago se estaba poniendo de moda con el célebre Xacobeo de 1993. España, que venía de los fastos de 1992, estaba cambiando a pasos agigantados. El éxodo rural se estaba acelerando. "Foncebadón está muerto o morirá muy pronto", escribió entonces en El País Julio Llamazares al hilo de un episodio tan curioso como su protagonista, María, que es la que ahora acaba de morir tras defender entonces armada con un palo y piedras las campanas de la iglesia del pueblo.

Llamazares atinó al presagiar la defunción de los pueblos, aunque no al augurar el contexto de la muerte de María. "Cuando las campanas doblen por ella, posiblemente un día de nieve y de ventisca", escribió entonces. Fue, sin embargo, en medio de una ola de calor cuando falleció esta mujer que se convirtió de algún modo en un icono de resistencia rural en la provincia de León.

Cuentan las crónicas que en 1993 el Obispado de Astorga quiso llevarse las campanas de la iglesia de Foncebadón, que amenazaba ruina, para evitar riesgos cuando ya se estaba convirtiendo el paso en un reguero de peregrinos. María recibió a la expedición episcopal subida al tejado, armada con un palo y piedras y con un argumento de plena actualidad ahora que el fuego asola la provincia: las campanas le servían, a falta de teléfono, para avisar a los vecinos del entorno si se declaraba un incendio forestal en el pueblo.

Con fama de ser "un tanto arisca" (en palabras de Julio Llamazares), a María no le falto socarronería cuando uno de los curas desplazados le hizo notar que las campanas ni siquiera tenían ya badajo y le contestó que habría que tocarlas con el del religioso. Nacida en Ambasguas de Cabrera, en el municipio de Encinedo, allí fue enterrada a los 97 años de edad.



martes, 12 de julio de 2022

Algunos vanos o troneras de campana de torres o espadañas a los que éstas regresaron: 1 La Encina en Ponferrada. 2021.

 

 
PATRIMONIO RESTAURADO

La Campana de Fuego vuelve a la torre de la Encina

Las doce campanas restauradas o refundidas en un taller de Palencia regresan a su lugar en lo más alto de la Basílica de Ponferrada

Campana retirada. L. DE LA MATA

La fundieron al pie de la torre, en algún momento del siglo XVI o XVII. El maestro campanero ordenó cavar un agujero profundo para fabricar el horno de barro, encendieron el fuego y después de verter la aleación de cobre y estaño calentaron la mezcla a más de 1.700 grados y le dieron forma a la campana más antigua de la Basílica de la Encina de Ponferrada. Cuatro siglos después, según las estimaciones del rector Antolín de Cela, y tras una concienzuda restauración en los talleres de Campanas Quintana en la localidad palentina de Saldaña, la vieja Campana de Fuego que tantas veces avisó a los vecinos de Ponferrada del peligro de los incendios, era izada ayer para ocupar su lugar en el sitio más elevado de la ciudad; el campanario de la basílica dedicada a la patrona del Bierzo, que otea el horizonte en la colina del casco antiguo.

Y junto a ella las nueve campanas del carrillón y otras dos hermanas igual de voluminosas y pesadas que también han salido de los talleres de Saldaña, bien porque han sido restauradas, bien para nacer de los restos de otras campanas; la María, que data de 1868 y con el yunque de madera ronda los mil kilos de peso; y la Morenica, que honra a la Virgen de la Encina, donde se ha aprovechado el cobre y el estaño de campanas rotas para crear una nueva.

Era la hora del Angelus y la campana de la vecina Torre del Reloj repicaba a mediodía cuando los operarios de la firma palentina iniciaban ayer la delicada operación de subir hasta el campanario situado a más de treinta metros de altura desde la plaza a la docena de piezas de metal con un camión grúa. Primero había que hacerle sitio a la docena de campanas doradas después del baño de arena al que han sido sometidas y los técnicos dedicaron al mañana a bajar del campanario otras piezas menores, con sus yunques o melenas de hierro,

En plena operación. L. DE LA MATA

Así que no fue hasta muy entrado el día cuando procedieron a elevar las piezas que deben devolverle la voz a una enmudecida Basílica. En el suelo, convenientemente alineadas, esperaban las nueve campanas de distinto tamaño que forman el carrillón, nueve campanas afinadas para reproducir las notas musicales del Do bajo al Re Alto y con un peso total, sin contar los soportes de madera, que casi mil kilos.«Parte de este bronce se ha recuperado de muchas campanas rotas que había en el campanario y se han refundido de nuevo. Este conjunto nos permitirá convocar el toque del Ángelus con una canción a la Virgen de la Encina y alegrar también a la ciudad», explicaba ayer Antolín de Cela.

El carrillón rehecho lleva nombres de santos en sus nueve campanas; Santo Toribio, patrono de la diócesis que dice la tradición religiosa que trajo de los Santos Lugares la imagen de la Virgen de la Encina; San Fructuoso, San Valerio y San Genadio, por los nombres de los monjes de la Tebaida Berciana que fundaron monasterios; San Gil de Casayo, otro monje berciano del monasterio de Carracedelo y anacoreta en los montes de Casayo; San Dictino, que fue obispo de Astorga; los papas Pio X y Pío XII por coronar a la Virgen de la Encina y por conceder el grado de Basílica a su santuario; y finalmente también una campana con nombre de mujer, dedicada a la monja Egeria, peregrina y viajera, escritora temprana, que todavía en la Hispania romana del siglo IV viajó a los Santos Lugares.

También con campanas rotas se ha dado forma a la Morenica, otros 600 kilos de peso y equipada para el volteo, con su badajo el yugo o la melena de madera y equipada con un electromartillo.

Las campanas más grandes, restauradas por encargo de la Asociación Nuestra Señora de la Encina llevan yugos de madera «tan dura como el hierro», cuenta De Cela, iroco-tali, con herrajes y ejes de acero encastrados a precisión, motores con piñón carcasa y badajos con astil de poliamida que, como hacían los monaguillos hasta los años ochenta y todavía hace algún campanero experto, aún pueden voltearse a mano.

Aunque el sonido manual de las campanas quiere ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad —la Basílica de la Encina tiene en mente celebrar un concurso de repiques— el volteo ya no avisa como antes de los incendios. «Se tocaba a rebato y era un repique muy reconocible», cuenta De Cela antes de que la Campana de Fuego vuelva a ocupar el lugar desde el que ha vigilado durante cuatro siglos los tejados de Ponferrada.