domingo, 22 de septiembre de 2019

Vestigios arqueológicos de hornos medievales de fundición de campanas en San Isidoro de León



Las obras del museo de San Isidoro sacan a la luz moldes de fundición de campanas y restos tardorromanos y medievales

El plazo de ejecución de los trabajos es de catorce meses, por lo que se espera que estén finalizadas en el verano del próximo año.

Carlos S. Campillo / ICAL Hallazgos arqueológicos en la Real Colegiata de San Isidoro de León


Los trabajos de rehabilitación del nuevo Museo de la Colegiata de San Isidoro de León, iniciados en el mes de mayo, han permitido el hallazgo de dos moldes de fundición de campanas, así como restos tardorromanos y medievales. Las obras comenzaron el pasado mes de mayo tienen un periodo de ejecución de catorce meses, de manera que se prevé que estén finalizadas en el verano del próximo año.
El proyecto del Museo amplía el espacio expositivo de 1.200 a 3.200 metros cuadrados, de manera que se configura como un museo de historia de la Colegiata y de las mentalidades que la han conformado a lo largo de los siglos.
De esta manera, podrán visitarse nuevos espacios como la escalera renacentista, el adarve de la muralla o las galerías altas del claustro procesional, además de piezas no expuestas hasta el momento como el Pendón de San Isidoro o el ajuar funerario de la infanta doña María.
El arqueólogo encargado de dirigir la excavación, Fernando Muñoz, expuso la documentación por primera vez en León de los moldes de campanas hallados es que "están en San Isidoro, donde está la campana más famosa de España y el campanario más conocido por todos los leoneses".
El director general de Patrimonio Cultural, Gumersindo Bueno, destacó las obras del Museo como "ejemplo de colaboración público privada", y consideró que "León tendrá suerte", ya que "una vez concluidas las obras tendrá un punto de atracción turística muy importante" que "estará mejor pensado y diseñado para satisfacer al visitante, mejorar la cultura y una oferta ya amplia de por sí".
El director de la Fundación Montemadrid, Cristóbal Sánchez, destacó la importancia del Museo para "poner un tesoro nacional al servicio del público general" con "un grado de accesibilidad enorme para que cualquier persona puedan acceder a un proyecto tan querido" como es el Museo de la Colegiata de San Isidoro, cuyas obras van "viento en popa y con mucha alegría".
Por su parte, el responsable de Patrimonio de la Fundación, Gabriel Morante, explicó que las fases de demolición no han afectado al Panteón, "algo satisfactorio", así como la aparición de "antiguos hornos y estructuras romanas, medievales y romanas", de manera que "en la medida en que el proyecto era muy respetuoso con las fábricas antiguas, se optó por "seguir el sistema de la arqueología preventiva".
Carlos S. Campillo / ICAL El director general de Patrimonio Cultural de la Junta, Gumersindo Bueno, presenta los hallazgos arqueológicos de la Real Colegiata de San Isidoro de
El abad de San Isidoro, Francisco Rodríguez Llamazares, apuntó que espera que "las obras sigan el ritmo y paso programado para que lleguen a su culminación y punto final" para cumplir así "todas las expectativas y esperanzas" puestas en "un apasionante atractivo Museo" que va a ser "un referente para la ciudad, España y el mundo entero, especialmente para el mundo de la cultura y del turismo".




PATRIMONIO
El palacio de los reyes de León emerge en San Isidoro
aparecen los restos de las dependencias palatinas durante la reforma del museo, que concluirá en verano. 
Descubren vestigios que podrían ser de un templo romano.

Elementos arquitectónicos aparecidos en la excavación. RAMIRO

Verñonica Viñas, D.L. 26 sept 2019

La angosta entrada al Museo de San Isidoro era un ‘cofre del tesoro’. Las obras de reforma y ampliación del espacio expositivo de la colegiata, que concluirán en verano, han sacado a la luz buena parte de los 2.000 años de historia de este enclave, desde época romana a las construcciones civiles y religiosas que representaron el centro de poder del Reino de León.

A sólo cuarenta centímetros de profundidad se hallan algunas de las claves del edificio. En los 75 metras cuadrados excavados han aparecido restos del palacio de los monarcas leoneses, que ya había ‘asomado’ en las prospecciones llevadas a cabo en el atrio de la basílica hace siete años.
Los vestigios permiten documentar la existencia de un palacio real en este lugar durante los siglos XI y XIV. Y es que, la corte leonesa contó con cuatro sedes: el palacio de Ordoño, construido sobre las termas romanas y hoy bajo la Catedral, Palat del Rey, San Isidoro y el palacio de Enrique II de Trastámara, en la calle de la Rúa y construido entre 1360 y 1370, aunque su calidad constructiva fue tan pésima que apenas duró en pie treinta años. Hoy en día, sus restos están en el Museo de León y el Arqueológico Nacional de Madrid,
Las excavaciones realizadas por el arqueólogo Fernando Muñoz confirman que el Panteón Real se erigió sobre un conjunto de estructuras romanas. Han salido a la luz restos de las sucesivas fortificaciones de la Legio VII y de una estancia que podría ser un templo dedicado al dios Mercurio, como siempre sostuvo el anterior abad, Antonio Viñayo.
Pero ha habido otro hallazgo, visualmente más espectacular. Se trata de los restos de dos hornos de fundición de campanas, datados entre los siglos XIII y XVI; anteriores, en cualquier caso, a la construcción de la biblioteca renacentista de la planta superior. Se conservan el foso y el molde de la campana. Como rareza tipológica, muestran un tiro o chimenea en la parte posterior a la entrada de combustible, cuya misión sería introducir aire caliente para el recocido del molde.
Al tratarse de una "rareza arqueológica", los técnicos de la Fundación Montemadrid, que cofinancia las obras —aporta dos millones de euros y otros 600.000 el Cabildo—, han decidido preservarlos; uno de ellos de forma visible para los futuros visitantes, según confirmó ayer el responsable de Patrimonio de la citada entidad, Gabriel Morante. Ante tantos hallazgos, presentados ayer a la prensa, el abad de la real Colegiata, Francisco Rodríguez Llamazares, dio la bienvenida a un espacio «insólito».
Las excavaciones depararon una sorpresa más: algunos valiosos elementos arquitectónicos y ornamentales, utilizados en algún momento como ‘escombros de relleno’ y que con seguridad serán mostrados en el futuro museo.
derribos sin daños
Las demoliciones en el interior del museo, que ahora parece un cascarón vacío, han tenido en vilo a los técnicos. Un proceso «crítico» por la cercanía de las pinturas del Panteón Real, uno de los tesoros medievales más importantes de Europa, y la recientemente restaurada cámara de doña Sancha. Ambos espacios han estado monitorizados para evitar riesgos.
Por planos del siglo XVIII se conocía la existencia de un arco monumental anterior a la estrecha puerta de acceso al museo desde finales de los años 50, que ha aparecido al picar las paredes y será la nueva entrada.
El director de la Fundación Montemadrid, Cristóbal Sánchez, destacó ayer, a pie de excavaciones, la importancia de «poner un tesoro nacional al servicio del público», con «un grado de accesibilidad enorme». San Isidoro amplía el espacio expositivo de 1.200 a 3.200 metros cuadrados e incluirá nuevas estancias que hasta ahora no eran visitables, como la escalera renacentista, el adarve de la muralla o las galerías altas del claustro procesional. Más salas para mostrar el colosal tesoro de la colegiata, con obras que no se habían podido exhibir, como el Pendón de San Isidoro o el ajuar funerario de la infanta doña María.
El director general de Patrimonio Cultural, Gumersindo Bueno, afirmó que las actuales reformas permitirán «valorar más» San Isidoro. La Junta está actualmente terminando la restauración del claustro procesional o claustro Fonseca, en el que ha invertido 437.960 euros. Este espacio y la cámara de Doña Sancha, cuyas pinturas murales habían sido arrancadas en los 50 y volvían el año pasado a esta estancia, conocida también como la cámara del tesoro, tras una complicada restauración en ‘paneles móviles’, son dos nuevos espacios que se integrarán en el nuevo museo.

 León.


Los hornos secretos de San Isidoro

La reforma del museo saca a la luz una fundición medieval y restos tardorromanos
D.L. 21/09/19     

https://www.diariodeleon.es/articulo/cultura/hornos-secretos-san-isidoro/201909210203021940457.html?fbclid=IwAR2YMke-o3ZvynyFLAz8CvzMm-ELs8pkNgu1qrqKTlzALwKn1eoU793bpH0





El subsuelo de San Isidoro siempre ha sido uno de los grandes misterios para los arqueólogos. Las escasas excavaciones en la joya del románico han impedido averiguar qué oculta bajo los cimientos. Ahora, las obras de reforma y ampliación del museo, que prácticamente se ha ‘vaciado’ por dentro, han permitido llevar a cabo sondeos en esta zona de la colegiata.
De momento han salido a la luz dos hornos de fundición de campanas, situados en el espacio bajo la biblioteca renacentista, y de datación aún imprecisa —entre la Baja Edad Media y principios de la Moderna—, según la Fundación Montemadrid, que financia junto con el Cabildo de San Isidoro, la magna reforma del museo. «Ambas estructuras están compuestas por el foso y el molde la campana». Como rareza tipológica, muestran una chimenea en la parte posterior a la entrada de combustible, cuya función sería introducir aire caliente para el recocido del molde.
«El hallazgo y la conservación de este tipo de estructuras asociadas a la producción es relativamente infrecuente en arqueología, ya que los hornos se destruían o amortizaban una vez había concluido su función». Se da la coincidencia de que San Isidoro preserva la campana más antigua de España, conocida como la Laurentina, fundida en el año 1086, y que según algunos historiadores se usó en presencia del mismo Cid. Hay estudiosos que siempre han defendido que la Laurentina se fundió en la propia basílica para celebrar la conquista de Toledo.
En las preceptivas excavaciones del museo también han aparecido restos de estructuras romanas y medievales.
Hace siete años hubo prospecciones en el atrio de San Isidoro. Pese a las limitaciones impuestas por la Junta, que apenas permitió profundizar 80 centímetros, salieron a la luz una veintena de esqueletos y dos sarcófagos, lo que prueba que en algún momento de la historia, probablemente en época medieval, existió a los pies de la basílica un cementerio. Sin embargo, las prospecciones no localizaron ningún resto del palacio real que tuvo su sede en San Isidoro en el siglo XI ni de un primitivo templo romano dedicado al dios Mercurio.
Tres años antes se había hecho un ‘barrido’ de la colegiata con georradar, que permitió localizar la capilla de Juan Caballero, derribada a principios del siglo XX por el arquitecto Torbado, porque restaba visibilidad a San Isidoro.
El profesor de la Universidad de Pittsburgh John Williams fue la primera persona en realizar excavaciones científicas en la Basílica de San Isidoro. Fue en los primeros años de la década de los setenta. Williams concluyó que el templo fue iniciado por la reina Urraca como una simple basílica de tres naves, si bien más tarde se le añadió el transepto, siguiendo el modelo de la catedral de Santiago de Compostela.
El arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade ha diseñado un ambicioso proyecto que triplicará el espacio expositivo del Museo de San Isidoro, de los 1.200 metros cuadrados a los 3.200.
Los trabajos de ampliación, que comenzaron en abril y cambiarán la fisonomía interior de la colegiata, rozan el millón de euros. La reorganización del museo permitirá dar sentido al espectacular tesoro de San Isidoro, una colección que se remonta a los reyes Fernando I y Sancha; patrimonio que enriqueció su hija Doña Urraca. La colegiata alberga desde piezas arqueológicas de época romana a una impresionante colección de ternos renacentistas, de plata hispana y americana, así como el icónico cáliz de Doña Urraca, el gallo de la veleta o las arquetas y relicarios, sin olvidar la Biblioteca Renacentista, con cientos de códices.


PATRIMONIO ARTÍSTICO
El nuevo museo de San Isidoro mostrará los hornos hallados durante las obras
Los trabajos avanzan según los plazos previstos y estarán listos el próximo verano

Imagen del horno que se conservará de manera visible en el vestíbulo del museo / 



Las obras de la ambiciosa reforma del museo de San Isidoro avanzan según los plazos previstos y, si no surgen contratiempos, estarán finalizadas el próximo verano. Ya han superado la fase más delicada que contemplaba la demolición de varias estructuras. Unos trabajos que se han realizado con extrema precaución por su cercanía al Panteón Real, que ha estado monitorizado en todo momento para detectar posibles daños. Las obras han transcurrido sin incidentes y han dejado algunos hallazgos interesantes. Los más destacados, una monumental puerta que servirá de acceso al museo y dos hornos de fundición de campanas. Uno de ellos se va a conservar de manera visible en el futuro vestíbulo del museo. 
El arqueólogo responsable de la intervención destaca la importancia de estos restos. 

Fernando Muñoz recuerda estos hornos son estructuras infrecuentes en nuestro país porque habitualmente se destruían una vez que habían cumplido su función. Están datados entre finales de la Edad Media y principios de la Moderna





Moldes de fundición de campanas y restos tardorromanos y medievales en
 San Isidoro de León