lunes, 7 de junio de 2021

Toque a concejo en Calzadilla de los Hermanillos tras años sin producirse

 

Cristina Domínguez

Lunes, 07 de Junio de 2021



El futuro de la iglesia parroquial, a debate

Calzadilla toca a concejo medio siglo después

Democracia tribal


Simón (C) y Nano (D), siguiendo el Concejo desde 'la barrera'
Decían Nano y Simón, refugiados bajo la sombra de un aligustre y viendo prudentes los ‘toros desde la barrera’, que la última vez que ‘tocó a Concejo’ en Calzadilla de los Hermanillos las calles no estaban asfaltadas. “Se echaban buenas riñas… había unos enfados…” pero la sangre nunca llegaba al río, o eso recuerdan, y el acuerdo, a golpe de fanega, acababa llegando.  
 
Tampoco llegó ayer la sangre al río -pero tampoco hubo acuerdo- en el Concejo que la Junta Vecinal de esa pedanía de El Burgo celebraba para debatir, entre otros aspectos, qué responsabilidad tiene sobre la iglesia del pueblo la Junta Vecinal y en qué grado (económico) debería implicarse la entidad local en la restauración del edificio, cerrado al culto tras un hundimiento en abril. 
 
Tras casi dos horas de reflexiones en alto, alguna voz, murmuro y corrillos, lo cierto es que, del primer Concejo del siglo en Calzadilla sólo se pudo extraer un ánimo mayoritario por no dejar caer el inmueble. La parte que tendrán que ‘escotar’ cada uno de los agentes implicados: Obispado, Ayuntamiento, Junta Vecinal, Parroquia, vecinos… requerirá, al menos, de otra quedada.  
 
Según se dijo, la Junta Vecinal no se aparta, -propone aportar 7.000 euros- pero hay que afinar con qué cantidad dada la flaqueza de las arcas locales. Hay una memoria valorada que eleva la reparación casi a los 50.000 euros de los que 20.000 podrían aportarse a través del Obispado, que habría manifestado ya su compromiso.  El Ayuntamiento de El Burgo también arrimaría el hombro, y la parroquia, por su parte, ya comenzó la colecta. El aspecto más delicado del arreglo de la iglesia pasa por su titularidad: no está registrada a nombre de la Iglesia, pero tampoco consta que sea del pueblo.  

Momento del Concejo celebrado este domingo en Calzadilla

Sea de quien sea, la mayoría de los allí presentes eran partidarios de invertir en la restauración del tempo, de no dejar caer un bien cultural, un pedazo de la historia del pueblo que trasciende a su concepción espiritual. 
 
Así, medio siglo después del último Concejo, Calzadilla escenificó una expresión democrática tribal “que antes era muy normal”, explica Nano Herreros. Herreros indica que la reunión del Concejo se anunciaba a toque de campana y, normalmente, la convocatoria tenía lugar a la salida de misa, justo en el lugar en el que se celebró la sesión el sábado, aunque el entorno cambió mucho desde entonces, hoy Parque de las Calzadas Romanas, antaño la Laguna Nueva.
 
En esos días de fotos sepia eran tres las llamadas a concejo más habituales: ajustar jatero, ajustar campanero y fijar las hacenderas. Explica Simón Pacho, junto a Herreros, que cuando la cabaña ganadera del pueblo estaba en su mejor momento, se contrataba entre todos un vaquero que, en verano, cuando la carga de trabajo en las tierras hacía muy complicado atender el resto de labores, se encargaba de llevar las reses de todos, unidas en vacada. “Le tocaba dormir fuera”, comenta Simón. 
 
Otro concejo habitual servía en Calzadilla para “ajustar campanero” una figura también desaparecida y encargada en su casa de hacer sonar las campanas del pueblo para ahuyentar la tormenta, “para espantar la nube, a ver si dejaba el cielo de rebuznar”, aprecia Nano. 
 
“Estaba luego el Concejo para hacendera”, completa Argeme Miguélez. “Antes no había maquinaria, y para arreglar un camino, para limpiar un pago, salía todo el pueblo a colaborar. El reparto de tareas se hacía vía Concejo. Uno ponía el carro, otro las vacas, otros herramientas… las viudas también trabajaban, sacando cantos para empedrar o hacer un terraplén”, hace memoria Argeme.

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