sábado, 9 de junio de 2018

Artículos sobre "Echamos las campanas al vuelo" en la provincia de León


Foto gentileza Eugenio Marcos Oteruelo


TRIBUNA

Insospechada participación a ‘campanazo limpio’


http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/insospechada-participacion-campanazo-limpio_1251606.html

Héctor-Luis Suárez Pérez Musicólogo e investigador de la tradición leonesa
25/05/2018


El pasado 21 de abril el sonar de las campanas a medio día de sábado sorprendió a muchos vecinos en nuestra provincia. Primero in situ y, más tarde, desde la ventana de los telediarios y otros medios de comunicación que, convenientemente a posteriori, aclararon el aparente misterio y con ello reforzaron el entrañable y ya alto nivel de relevancia social disfrutado por toques, instrumentos, campanarios e intérpretes.
Más de sesenta espadañas y campanarios, incluidos algunos capitalinos, hicieron posible que buen número de campanas leonesas tañeran para sumarse a muchas más de toda Europa. Todo en pro de una plausible iniciativa: atraer la atención ciudadana sobre el planteamiento oficial de la candidatura ante la Unesco del toque manual de campanas y de lo que conlleva, de cara a su reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Concesión que, esperemos, cobre forma en un futuro próximo.
La propuesta ha surgido en nuestro país desde la Asociación de Campaneros d’Albaida y el MitMac (Museo Internacional del toque manual de campanas) bajo la consigna «echamos las campanas al vuelo». Eso sí, avalada además por la reconocida asociación en defensa del patrimonio Hispania Nostra y con el refrendo, entre otras firmas, de Plácido Domingo (algo que, junto a más información, recoge la web www.hispanianostra.org).
Como aval para el vínculo a esta iniciativa, además de una manifiesta realidad alrededor de la vigencia de costumbre ancestral y uso del toque manual de campana en nuestro territorio, la provincia de León presenta otros activos.
Por ejemplo, la presencia de nuestra Campana Laurentina de San Isidoro de León, fundida en el siglo XI y por ello uno de los idiófonos europeos de su género más antiguos y de mayor tamaño conservado, en lo que a patrimonio material se refiere. A ella se añade un variopinto y nutrido corpus documental que, desde la Edad Media, se abre a través de las menciones a la campana en textos sinodales o concejiles además de en buen número de pleitos entre curas y vecinos o en disposiciones legales regulando su uso profano o religioso y horario, propiedad, usufructo, acceso a campanarios, vínculo de obligación de cumplimiento en convocatorias comunales en base al territorio de audición en «socampana», u obligaciones de realización de un toque de beneficio o repercusión comunal «por vecera» o turno entre el vecindario, entre otros aspectos y para llegar a curiosidades documentales como el inventario de 1836 del campanero catedralicio Cándido Calvo. Asimismo, numerosas y diversas son las menciones, más o menos desarrolladas y detalladas sobre el tema o el paisaje sonoro campanil, que han sido recogidas en la abundante obra literaria y etnográfica de autor o temática provincial.
Sin olvidar su presencia en tantos artículos periodísticos, como los de Cayón Waldaliso o el más reciente de la revista de la propia Pulchra, entre los destacados, que se unen a un corpus bibliográfico e investigador mayor y específico sobre nuestros «signum» en la provincia —que es como se denominaban las campanas ya en el alto medievo— integrado por estudios de naturaleza interdisciplinar.
Es el caso de los redactados por el arqueólogo Fernando Miguel o por Matías Díez Alonso y los de la revista Bierzo —en 2002—, sin olvidar varios de mayor magnitud obra de José Luis Alonso Ponga o de un servidor de ustedes. Temas y aspectos que aprovecho para invitarles a visitar en el blog monográfico sobre el tema campanil provincial elrincondesanantonenleon.blogspot.com.es.
Ante todo esto, la pequeña localidad del Bierzo Alto de Santa Marina de Torre, organizadora cada año de su propio encuentro de campaneros, tomó la iniciativa de adhesión a este gesto reivindicativo patrimonial inmaterial en nuestra provincia.
Y, desde ella, bien jaleados por Melchor Moreno y los organizadores del encuentro, así como por la propia repercusión mediática de la noticia y de la convocatoria, otros «aficionados» recogieron el mensaje.
De inmediato, referencias inevitables de la actividad campanil anual no dudaron en engrosar las filas de participantes. Entre las mismas la «escuela de campaneros de Villavante» — pionera en el género y al cargo del primer encuentro verificado con regularidad en la provincia desde los años ochenta del pasado siglo— con Jorge Juan y Julián a las riendas, y sus homólogas de Villabalter, con Pedro Delgado a la cabeza, o Campo —localidad «pegada» a Ponferrada— de la mano de Blas Cubelos, además de Fresno de la Vega con su »ten-te nube» y la presencia de Antonio Bodega.
A la invitación no faltaron tampoco instituciones locales —ayuntamientos y concejos o juntas vecinales— y religiosas —templos y centros eclesiásticos de todo rango, conventos y cofradías— así como asociaciones, colectivos de índole laica —culturales o de vecinos—, además de particulares anónimos encargados, habitual u ocasionalmente, de las tareas del tañido en numerosos campanarios de todas las comarcas provinciales. Entre ellos, el Instituto de Estudios Omañeses, con Chelo, Luis Arias, Gelo Sabugo o José Mª Hidalgo como dinamizadores del evento para varios puntos de la Comarca de Omaña.
Sin olvidar otros como Vicente de Sofcaple y Rosa Mª Quintanilla en la zona de Sahagún, el Ayuntamiento de Villarejo de Órbigo, animado por Amador Pinos —el del IEB—, implicando a todos los campanarios y campaneros del término municipal o en La Baña, donde hasta su propio alcalde, José Manuel Moro, no se libró de ser intérprete…

TRIBUNA

Más participantes a ‘campanazo limpio’


Héctor-Luis Suárez Pérez Musicólogo e investigador de la tradición leonesa
30/05/2018

En el evento europeo que el pasado sábado 21 de abril se llevó a efecto en varias comarcas leonesas en pro del reconocimiento de Unesco como patrimonio inmaterial del mantenimiento del toque manual de campana, también la participación de las cofradías religiosas se hizo patente de modo significado junto a otras entidades y asociaciones de todo género. Así, en la capital provincial, a través de la Cofradía del Milagroso Pendón y con el imprescindible beneplácito del Cabildo se implicó el campanario de la Basílica de San Isidoro al evento, animado por Hermenegildo López. La Expiración y el Silencio, anualmente presente con su ‘toque a nube’, sus volteos procesionales y sus esquilas de mano, en el paisaje sonoro de la Semana Santa y Santa Brígida implicó a las comunidades religiosas de las Benedictinas Carbajalas y los Capuchinos, además de a las gentes de Villaseca de La Sobarriba, con los Hnos. Barreñada y Oscar Herrero también en mediando en ‘el jaleo’. Por su parte, la Cofradía Terciaria villafranquina, junto a la del Cristo de la Esperanza, no faltaron a la convocatoria de la mano de Paco Figueroa, así como la de Caballeros de Santiago de la misma localidad. Gracias a la buena disposición de sus regidores, participaron al igual en el evento de modo entusiasta otros templos referenciales o de relieve, como la Catedral de Astorga, la Basílica de la Encina o el Santuario del Ecce Homo de Bembibre. E incluso también las campanas de célebres relojes como los del Ayuntamiento de Astorga —con los populares autómatas maragatos «Juan Zacunda y Colasa»— o el de la Calle del Reloj ponferradina.
Pero, el ‘efecto llamada’ natural a la iniciativa de adhesión de Santa Marina de Torre y a las invitaciones de Hispania Nostra no solo quedó en lo expuesto y en lo ya manifestado en un artículo precedente. Varios aficionados entusiastas, vinculados al tema desde antaño u hogaño y, quien sabe si influenciados por los efectos del adagio popular que reza «las campanas y el pendón del conceyu son», además de otros informados por la prensa, se unieron al interés despertado entre algunos investigadores, con sorprendente ilusión y espontaneidad y a través de una insospechada y entusiasta eclosión de cercanía y atractivo del asunto nos unimos a la iniciativa gestora a modo de ocasionales colaboradores. La transmisión oral —«boca a oreja»— a través de nuestras redes de conocidos e interesados en el asunto dio la alerta a buena parte de ese tejido social del modesto asociacionismo y voluntariado provincial. Un colectivo ignorado por muchos pero que, como suele ser costumbre, siempre bien dispuesto es protagonista en la práctica a la hora de sacar adelante y dinamizar, entre otros, muchos aspectos la cultura tradicional y popular, tan importantes en la provincia.
No obstante, en esta ocasión la premura en el aviso e información y el escaso espacio de tiempo para permitir preparar el evento hicieron que, a muchas localidades o colectivos potencialmente o a posteriori interesados, no les llegara con tiempo suficiente noticia o invitación. Aun así, la lista definitiva de campanarios, gestores e intérpretes participantes se engrosó por no pocas localidades superando la media centena. Una participación que convirtió a nuestra provincia, unida a Zamora —donde el dinamizador principal fue su asociación de campaneros—, es decir al antiguo reino leonés, en el territorio a nivel hispano más participativo después de Levante. Circunstancia que se comprueba a través del interesante mapa que Hispania Nostra ofrece en su web y que, al igual, me pusiera de manifiesto Paz Cabello Carro, su vocal encargada de asociaciones y al cargo del asunto. Quien, por cierto, dada su ascendencia maragata de Andiñuela, se ha sentido por ello además muy satisfecha ante tan alto, desinteresado y enfatizado resultado participativo. Así se pone de manifiesto en los interesantísimos vídeos que recogen lo acaecido y, poco a poco, van siendo aportados por los participantes. Conjunto que se puede consultar tanto en la web de Hispania Nostra como en el blog mencionado de campanas leonesas que mantengo o en el canal youtube.
Concluiremos haciendo constar que en el Bierzo Alto, tocaron por tan altruista fin las campanas de Santa Marina de Torre, Albares y Folgoso de la Ribera, Tremor, La Granja, Santa Cruz de Montes, San Andrés de las Puentes, Castropodame, San Pedro y Turienzo Castañero, Calamocos, Cobrana (Asoc. Vec. El Zofreral), Bembibre, Matachana, Viloria, Villaverde de los Cestos. Resto del Bierzo: Molinaseca, Ponferrada —Reloj, Basílica de la Encina, Convento Purísima Concepción—, Columbrianos —parroquia e iglesia de San Esteban Protomártir—, Campo, Villar de los Barrios (Cofradía Cristo Vera Cruz), Villafranca del Bierzo —San Francisco, San Nicolás, y en Santiago—. Villabante, Santa Marina del Rey, Villares, Celadilla y Bercianos del Páramo (iglesia y ermita). En Villarejo de Órbigo (parroquia de San Miguel e iglesia de San Martín) y todos los pueblos de su ayuntamiento: Veguellina de Órbigo (iglesias de San Juan y del Carmen), Villoria (parroquia y en su monasterio) y Estébanez de la Calzada (en ellos: Javier Mayo, Sor Tina, Pepe Pérez, Amador Pinos, Guillermo Alonso A. y Joaquín Panero), La Baña, Felechas (Asoc. Cultural La Brusenda) y Quintanilla de Rueda.
En León —San Isidoro, (Jorge Juan) Santa María de Carbajal, San Francisco El Real —Villaseca de La Sobarriba (Amabilio y Álvaro Llamazares, Gabriel Martínez, Liberto Bueno, Ramón Redondo y Héctor-Luis Suárez)— Villabalter, Fresno de la Vega, Villeza (Junta Vecinal), Valdescapa (Asociación Cultural Balle de Scapa) o Reliegos (Asoc. Cultural Camino de Santiago).
En Omaña: Garueña, (Máximo de la Calzada), Robledo de Omaña (Darío Álvarez, Sara Fernández) Sosas del Cumbral, Riello, Las Omañas, Rabanal de Luna, Sosas de Laciana. O en Astorga —Ayuntamiento, Catedral—, Lagunas de Somoza, Castrillo de los Polvazares.
Todos ellos, salvo error u omisión involuntaria que dirían los escribanos, han sido los auténticos protagonistas con su tañido de que nuestra provincia estuviera presente de modo destacado en este evento internacional. Un trabajo conjunto, pocas veces reseñable por estos lares en nuestros tiempos, que ha conseguido hacer realidad el cariño al sonido de nuestros bronces y que, por ello, añade varios matices más a destacar. ¡Salve a todos!, ¡Vivan las comarcas de León, sus campaneros y campanarios! Y, creo que, en esta ocasión, además de darles las gracias, bien cabe cantar a coro bien alto también aquello de ¡contentos de ser de aquí! Paisanos ¡que sea enhorabuena!

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